Emociones

Con el título: ¿Quién está detrás de Facebook, el portal desde el que surgió la movilización internacional contra las FARC? esta investigación apareció originalmente el 08 de febrero de 2008 en el portal de nuestros colegas de Rebelión. _______________________________________________
El 4 de febrero se celebró en todo el mundo una movilización contra la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Los medios destacaron la espontaneidad de la iniciativa, en especial porque estaba originada desde una red social de Internet llamada Facebook surgida para los estudiantes.
Diarios como El País insistían en que todo partía de «un ingeniero civil de 33 años reconvertido en informático y afincado en la ciudad colombiana de Barranquilla». Su ingenuidad la presenta así el diario: «Hasta hace un mes no había tenido más participación en la política de su país que la de ejercer su derecho al voto. Se llama Óscar Morales y nunca pensó que la idea de convocar una manifestación iba a tener una repercusión tan grande. Morales trabaja en el Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA), una institución pública que adoptó la red social de Internet Facebook como herramienta de comunicación entre los estudiantes». Y el promotor declara así: «Facebook tiene unos 70 millones de asociados en el mundo y sólo dos millones en Colombia. El 4 de enero decidí incluir en Facebook.com la campaña Un millón de voces contra las FARC. Sólo pretendía recoger firmas. Nunca imaginé un éxito semejante».
Según el diario, y como prueba de espontaneidad, «el primer día se sumaron 1.500 personas a su propuesta. El segundo, 4.000. Y al tercero, Carlos Andrés Santiago, un internauta de Bogotá, le propuso convertir la protesta en una gran manifestación en Colombia. Se dieron de plazo un mes: la manifestación discurriría por las calles colombianas el 4 de febrero. Después comenzaron a llegar cibermensajes procedentes de muchos países».
La izquierda colombiana, organizaciones de derechos humanos y familiares de retenidos por las FARC criticaron duramente esa movilización a la que calificaron de guerrerista y partidista puesto que negaba una salida dialogada al conflicto, ignoraba los crímenes cometidos por los paramilitares y el ejército y apostaba por una salida exclusivamente armada al gusto del gobierno Uribe, los sectores militares, las empresas de armamento y del gobierno de Estados Unidos.
Por su parte, para los promotores, según recogía El País «ha sido la ciudadanía en pleno quien se ha manifestado. Y esto no va a detenerse aquí. La sociedad colombiana despertó por fin de la indiferencia en que estaba sumida». Desde Bogotá el diario no cesa de recoger testimonios que insisten en la juventud y espontaneidad de la iniciativa que nación en el portal Facebook: «Los promotores éramos jóvenes pero vino gente de todas las edades. A partir de hoy se inicia un nuevo camino».
¿Qué es Facebook? ¿quién está detrás de ese proyecto? ¿es tan espontáneo como dicen? ¿obedece sólo a las iniciativas ciudadanas sin ninguna ideología detrás?
Wikipedia lo presenta como un sitio web de redes sociales. Los usuarios pueden participar en una o más redes, en relación con su situación académica, su lugar de trabajo o región geográfica.
El periodista Tom Hodgkinson lo investigó y aportó muchas claves en el diario británico The Guardian el pasado mes de enero [1]. La mayoría de la información siguiente procede de ese trabajo.
Facebook afirma tener 59 millones de usuarios activos, incluyendo 7 millones en el Reino Unido, el tercer cliente por su tamaño de Facebook después de EE.UU. y Canadá. Según Hodgkinson serían 59 millones de ingenuos los cuales han ofrecido su información de la tarjeta de identidad y preferencias de consumo a un negocio estadounidense del que no saben nada. En estos momentos dos millones más se suman cada semana. A este ritmo Facebook tendrá más de 200 millones de usuarios activos en estos días del próximo año.
Entre los grupos de usuarios tenemos «Un millón de voces contra las Farc» (130.000 inscritos), «Mil personas que odian a Hugo Chavez» (1.300 abonados) y «Yo también quiero ver muertos a los de las Farc» (8.200 usuarios), lo que nos da idea de su línea ideológica en lo referente a Colombia.
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Según preciso una fuente especializada que pidió el anonimato, se descubrió que Facebook es un arma militar de espionaje y desestabilización, creada por los sectores más extremistas de derecha (los siniestros "neocons" o neoconservadores) para captar información de los usuarios y manipularlos con fines geopolíticos y estratégicos.
Según la fuente, en Facebook participan todos los 16 servicios de inteligencia de los Estados Unidos, comenzando por la CIA, el Pentágono y el Departamento de Defensa. "Todo lo colectan y todo lo guardan. Nada se les escapa: fotos, correos electrónicos, conversaciones, imágenes, música, etc..
Con eso establecen un «perfil»"psico-socio-político de cada sujeto y así te mantienen en la mira. Una vez ingresas, ya no te dejan salir; y si lo logras, toda tu información privada queda ahí".
En la parte de explotación comercial y consumismo, según The Guardian, están comerciantes sin escrúpulos de Silicon Valley, Coca Cola, Microsoft, Blockbuster, Sony Pictures, Verizon y Conde Nast, entre otras más.
"Es un servicio que fomenta el individualismo para mantener un mayor control de la masa. Generalmente hace creer a los imbéciles que ellos son importantes y los lleva a cometer cualquier acto que los verdaderos interesados deseen efectuar sin una participación directa que los implique. Si pongo una buena foto mía con una lista de mis cosas favoritas, puedo construir una representación artificial de quién soy. También estimula una competitividad inquietante en la amistad: parecería que con los amigos la calidad no cuenta y la cantidad es reina”, añade Tom Hodgkinson.
“No se necesita mucho cerebro para formar parte del grupo y siempre te incentivan a reclutar más ’amigos’. –añade- Vales por el número de ’amigos’ que reclutes. No en vano son Estados Unidos y Canadá y Reino Unido los países con más suscriptores", casualmente los que mantienen más tropas ocupando Iraq y Afganistán.
Facebook es un proyecto bien financiado, detrás de él se encuentra un grupo de capitalistas de riesgo de Silicon Valley, con una clara y definida ideología que reflejan en su portal y esperan difundir por el mundo. Como antes PayPal, es un experimento social, una expresión de una clase particular de neoconservador. En Facebook, puedes ser todo lo libre que quieras siempre que no te importe que te bombardeen con anuncios publicitarios de las mayores marcas del mundo. Como en el caso de PayPal, las fronteras nacionales son algo del pasado.
Aunque el proyecto fue concebido inicialmente por la estrella de las portadas en los medios Mark Zuckerberg, la verdadera persona que hay tras Facebook es el capitalista de riesgo y filósofo futurista de Silicon Valley, Peter Thiel.Sólo tres miembros integran el consejo de Facebook, y son Thiel, Zuckerberg y un tercer inversionista llamado Jim Breyer de una firma de capital de riesgo llamada Accel Partners. Thiel invirtió 500.000 dólares en Facebook cuando los estudiantes de Harvard Zuckerberg, Chris Hughes y Dustin Moskowitz fueron a verlo en San Francisco en junio de 2004, poco después de lanzar el sitio. Se dice que Thiel ahora posee un 7% de Facebook, que según la actual valoración de 15.000 millones de dólares, serían más de 1.000 millones.
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Thiel es generalmente considerado en Silicon Valley y en la escena del capital de riesgo de EE.UU. como un genio liberal, en el sentido económico del término. Es cofundador y presidente del sistema bancario virtual PayPal, que vendió a EBay por 1.500 millones de dólares, embolsándose personalmente 55 millones. También dirige un fondo de riesgo de 3.000 millones de dólares llamado Clarium Capital Management y un fondo de capital de riesgo llamado Founders Fund.
La revista Bloomberg Markets lo llamó recientemente «uno de los gerentes más exitosos de fondos de riesgo del país». Ha ganado dinero apostando al aumento de los precios del petróleo y prediciendo correctamente que el dólar se debilitaría. Él y sus compañeros de una riqueza insultante de Silican Valley han sido calificados recientemente de «la mafia de Paypal» por la revista Fortune, cuyo periodista también señaló que Thiel tiene un asistente uniformado y un supercoche McLaren de 500.000 dólares.
Pero Thiel es más que un capitalista astuto y avaricioso. Es un filósofo futurista y un activista neoconservador. Graduado en filosofía de Stanford, es coautor en 1998 de un libro llamado «El mito de la diversidad», todo un ataque detallado al progresismo y la ideología multiculturalista que dominaba en Stanford. Afirmó que la «multicultura» suponía una disminución de las libertades individuales.
Mientras era estudiante en Stanford, Thiel fundó una revista derechista, que sigue existiendo, llamada The Stanford Review. Es también miembro de TheVanguard.Org, un grupo de presión neoconservador que opera en Internet y que fue establecido para atacar a MoveOn.org, un grupo de presión progresista que trabaja en la red. Thiel se califica de “muy liberal”, en la expresión económica del término.
TheVanguard está dirigido por Rod D Martin, un filósofo-capitalista a quien Thiel admira considerablemente.
El siguiente extracto de su sitio en la red dará una idea de su visión del mundo: «TheVanguard.Org es una comunidad en línea de estadounidenses que creen en valores conservadores, el libre mercado y el gobierno limitado como el mejor medio de llevar esperanza y cada vez más oportunidad a todos, especialmente a los más pobres entre nosotros. Su objetivo es promover políticas que rediseñarán a EE.UU. y al globo.» The Vanguard describe sus políticas como “reaganista/thatcherista”. El mensaje de su presidente dice: “Hoy enseñaremos a MoveOn, Hillary y a los medios de izquierda algunas lecciones que nunca se imaginaron.”
Claramente, Facebook es otro experimento supercapitalista: ¿puede ganarse dinero con la amistad? ¿pueden crearse comunidades libres de fronteras nacionales y luego venderles Coca-Cola?
El tercer miembro del consejo de Facebook es Jim Breyer. Es socio de la firma de capital de riesgo Accel Partners, que invirtió 12,7 millones de dólares en Facebook en abril de 2005. Miembro también del consejo de gigantes estadounidenses como Wal-Mart, de reconocida trayectoria de abusos laborales, y Marvel Entertainment. Además fue presidente de la Asociación Nacional de Capital de Riesgo (NVCA).
Este es el tipo de gente que provoca muchos de los acontecimientos económicos de Estados Unidos porque invierten en los nuevos jóvenes talentos, los Zuckerberg y gente parecida. La más reciente ampliación de capital de Facebook fue dirigida por una compañía llamada Greylock VentureCapital, que invirtió la suma de 27,5 millones de dólares. Uno de los principales socios de Greylock se llama Cox, otro ex presidente de la NVCA, que también está en el consejo de In-Q-Tel.
¿Qué es In-Q-Tel? Bueno, créanlo o no (y compruebe su sitio en la red), es el ala de capital de riesgo de la CIA. Después del 11-S, la comunidad de los servicios de inteligencia se excitó tanto con las posibilidades de nueva tecnología y de las innovaciones que se estaban realizando en el sector privado, que en 1999 estableció su propio fondo de capital de riesgo, In-Q-Tel, que «identifica a y se asocia con compañías que desarrollan tecnologías de vanguardia para ayudar a entregas esas soluciones a la Agencia Central de Inteligencia y a la Comunidad de Inteligencia (IC) de EE.UU. para impulsar sus misiones».
El departamento de defensa de EE.UU. y la CIA aman la tecnología porque facilita el espionaje. «Tenemos que encontrar nuevas maneras de disuadir a nuevos adversarios», dijo el secretario de defensa Donald Rumsfeld en 2003. «Tenemos que dar el salto a la era de la información, que es el fundamento crítico de nuestros esfuerzos de transformación», añadió. El primer presidente de In-Q-Tel fue Gilman Louie, quien sirvió en el consejo de la NVCA con Breyer.
Otro personaje clave en el equipo de In-Q-Tel es Anita K Jones, ex directora de investigación y diseño de la defensa para el departamento de defensa de EE.UU. y – con Breyer – miembro del consejo de BBN Technologies. Cuando abandonó el departamento de defensa de EE.UU., el senador Chuck Robb le rindió el siguiente homenaje: «Ella juntó las comunidades de la tecnología y de la operación militares para diseñar planes detallados para sustentar la dominación de EE.UU. en el campo de batalla en el próximo siglo».
Barras y estrellas
Ahora bien, aunque no se acepte la idea de que Facebook sea una especie de extensión del programa imperialista estadounidense cruzado con un instrumento masivo de recolección de información, no hay modo de negar que como negocio, es puro mega-genio. Algunos ingenuos de la red han sugerido que su valoración de 15.000 millones de dólares es excesiva, pero el periodista de The Guardian Tom Hodgkinson la considera demasiado modesta. Según él su potencial de crecimiento es virtualmente ilimitado. «Queremos que todos puedan utilizar Facebook», dice la voz impersonal de Gran Hermano en el sitio en la Red. Y es el enorme potencial de Facebook lo que condujo a Microsoft a comprar un 1,6% por 240 millones de dólares. Un rumor reciente dice que el inversionista asiático Lee Ka-Shing, de quien se dice que es el noveno hombre más rico del mundo, ha comprado un 0,4% de Facebook por 60 millones de dólares.
Dinero y CIA. Lo de siempre.
Interesante. Acaba de ocurrir en esta Alemania. Gobernada, como la califican los sociólogos de fuste, por una coalición de la izquierda "moderada" (las comillas son mías) y la derecha moderada. (La derecha siempre es moderada, en la Argentina hubo "pensadores" que calificaron a Videla de gobernante "moderado".) Es decir, en Alemania el gobierno está compuesto por demócratas cristianos y socialdemócratas. Pues bien, el ministro de Trabajo, Olaf Scholz, salió a leer un documento oficial ante los periodistas. En ese documento, estudiado y redactado por organismos oficiales, se señala que en el 2007, en Alemania –el país mejor organizado económicamente de Europa– ha avanzado la pobreza y, al mismo tiempo, avanzado la riqueza. Se señala en ese estudio que en Alemania el 13 por ciento de la población está bajo el nivel de pobreza, y otro 13 por ciento no cae en la pobreza porque cobra del Estado ayuda por niño o el seguro de desocupación.
¿Pero cómo? ¿Acaso Fukuyama no nos aseguró que el capitalismo, por sí mismo, iba a solucionar todos los problemas económicos del mundo? ¿Qué podemos esperar si Alemania va para atrás? Claro, en lo que respecta sólo a los pobres, porque el mismo estudio oficial señala que los ricos van para adelante, a toda vela. Palabras textuales del ministro Olaf Scholz: "La tijera entre pobres y ricos se ha abierto más aún". Bien, aquí podríamos preguntarle al ministro por qué con esa tijera no le cortan las alas al sistema económico que aplican. "Las ganancias de los ricos crecieron –agregó el ministro– y la clase media se ha estancado." Tal cual. Y agregó: "Es deprimente, en especial, que haya crecido el número de los que trabajan y a pesar de ello se encuentran en situación de riesgo de caer en la pobreza".
Por supuesto, algunos lectores dirán que los pobres en Alemania no son tan pobres como en la Argentina. En la Argentina nuestros pobres viven en "villas de emergencia", como el idioma oficial las denomina, eliminando la palabra de la sabiduría del pueblo, que las llama "villas miseria". Los pobres en Alemania viven en casas. Pero igual, la humillación de la diferencia es la misma. Se nota en los supermercados de aquí entre quienes todos los días compran nada más que fideos o papas y no salen jamás de vacaciones y todos los otros que aprovechan las exuberancias perversas de la sociedad de consumo y que ahora van en jets privados a sus vacaciones en la Costa Azul. Sí, hay cada vez más jets privados.
Hasta se llega a esto, que tendría que darnos vergüenza a todos como seres humanos: en Munich se acaba de inaugurar la feria de los ricos, sí, para millonarios, Luxurious Fair, tal cual el nombre con que se anuncia. La entrada cuesta nada menos que 35 euros y se vende lo más exquisito y exótico que la mente humana pueda imaginar. Por ejemplo: handies de lujo de oro puro y adornados con diamantes. El pequeño aparato está dentro de un estuche en madera de arce de azúcar. El modelo "red devilkin of the stars" fue comprado por un industrial alemán en 149.000 euros para regalárselo a su hija cuando ella terminó su secundario. La socióloga alemana Ricarda Junge se pregunta en un artículo titulado "Nosotros, forjadores de la felicidad", ante la nueva estadística de la pobreza: "¿Por qué el 26 por ciento de nuestra población debe vivir en la pobreza o marginada? ¿Es nuestra culpa? ¿O nos explicamos todo como los norteamericanos puritanos que se rigen por la regla: Dios premia a los buenos con la riqueza y castiga a los malos con hambre y piojos?".
Una pregunta concreta de la socióloga. ¿Cómo la responderían nuestros obispos?
Eso sí, armas, más armas. En vez de repartir el pan nuestro de cada día, se fabrican más armas y se siguen haciendo grandes negocios con ellas. Las estadísticas enferman. Entre el 2001 y el 2006 los gastos militares mundiales crecieron un treinta por ciento, y ese año 2006 fueron de 1179 billones de dólares. Cínicamente se habla de que el mundo está en tiempos de "paz fría". La mitad de esos gastos corresponden a Estados Unidos, 528 mil millones de dólares. Luego, le siguen China, la India, Pakistán, Indonesia y Rusia. Alemania es el tercer país que más exporta armas, 7,7 mil millones de Euros. Sólo lo anteceden Estados Unidos y Rusia.
Para fabricar esas armas y tantos productos superfluos, el ser humano ha destruido su propia naturaleza. Lo dicen los expertos de Naciones Unidas en su documento "Advertencia antes de la catástrofe". Naturaleza destruida, tala de bosques, desaparición de la vida silvestre, catástrofes climáticas, a esto último lo hemos visto en las imágenes televisivas de los últimos días, en todos sus horribles detalles. El ecologista Joachim Wille lo ha definido todo en una corta frase: "La multiplicidad de las especies biológicas desaparece dramáticamente, porque con la destrucción de la naturaleza se gana mucho dinero". Está todo dicho. El presidente de Alemania, Horst Köhler, ha mirado más allá y manifestó por fin la verdad: "Los bancos han convertido a los mercados financieros mundiales en un monstruo. Debemos ponerle barreras". Ojalá que esa advertencia no sólo la haya dicho porque muy pronto está en juego su reelección.
De Italia siguen llegando noticias que asustan a los alemanes. "Ya de Italia no llegan ni siquiera buenos tenores, ahora vienen de Latinoamérica", ha dicho con sorna un comentarista alemán. Las organizaciones de derechos humanos de Europa están preocupados por el crecimiento del neofascismo italiano. Y remarcan las iniciativas de Berlusconi: más policía y expulsión de los inmigrantes "ilegales". Esto último es vergonzoso para un país que en su historia se salvó por la cantidad de emigrantes que envió al exterior, muchos de los cuales ayudaron a sus familias enviando dinero a la vieja patria. Berlusconi tendría que aprender que la única salida humana para retener la ola de pobres que va inundando Europa desde el Tercer Mundo es invirtiendo en esos países, creando nuevas fuentes de trabajo. No, Berlusconi es el demagogo que cree que con la expulsión de los abandonados del mundo y con más policía va a solucionar sus problemas económicos.
Pero no le va a resultar fácil a Berlusconi volver solapadamente a los tiempos del Duce. Hay una juventud que no se rinde. Por ejemplo, los más de diez mil jóvenes que concurrieron en Verona la semana pasada a recordar a Nicola Tommasoli, muerto a patadas por los neofascistas de la ciudad de Romeo y Julieta. Y también los jóvenes que asistirán al concierto que se dará mañana domingo en la Escuela de Música de Treviso en recuerdo de Bruno, mi nieto, que prefirió tener alas para ser nube en vez de soportar una sociedad de la alcahuetería y del sobado del poder.
Pero no sólo hay noticias malas en el mundo. De la Argentina me llega una noticia que me llena de alegría: se hizo justicia con los ajeros, los humildes recolectores del ajo en Mendoza. Se reincorporó a los cesantes. Fue porque en ningún momento abandonaron la lucha. Y otra más: la ciudad de Concordia, a través de sus representantes, eliminó el nombre de Julio Argentino Roca en su costanera y le puso el de Pueblos Originarios. Eso se llama coraje civil. La vida no se rinde.
Conocido hace tiempo por los que estudian la cuestión alimentaria, el escándalo finalmente estalló en la opinión pública: la sustitución de la agricultura familiar, campesina, orientada a la autosuficiencia alimentaria y a los mercados locales, por la gran agroindustria, orientada al monocultivo de productos de exportación (flores, soja, etc.), lejos de resolver el problema de la alimentación mundial, lo agrava. Habiendo prometido erradicar el hambre del mundo en veinte años, hoy nos enfrentamos con una situación peor de la que existía hace cuatro décadas. Cerca de un sexto de la humanidad pasa hambre: según el Banco Mundial, 33 países están al borde de una crisis alimentaria grave; aun en los países más desarrollados los bancos de alimentos están por perder sus reservas; y volvieron las revueltas del hambre, que en algunos países ya causaron muertes. Mientras tanto, la ayuda alimentaria de la ONU hoy está comprando a 780 dólares la tonelada de alimentos que en marzo pasado compraba a 460 dólares.
La opinión pública está siendo sistemáticamente desinformada sobre este tema para que no se dé cuenta de lo que está pasando. Es que lo que está pasando es explosivo y puede ser resumido del siguiente modo: el hambre del mundo es la nueva gran fuente de lucro del gran capital financiero, y sus ganancias aumentan en la misma proporción que el hambre.
El hambre en el mundo no es un fenómeno nuevo. Desde la Edad Media hasta el siglo XIX fueron famosas en Europa las revueltas del hambre (con el saqueo de comerciantes y la imposición de la distribución gratuita del pan). Lo que es nuevo en el hambre del siglo XXI son sus causas y el modo en que las principales son ocultadas. A la opinión pública se le ha informado que el hambre está ligado a la escasez de productos agrícolas, y que ésta se debe a las malas cosechas provocadas por el calentamiento global y las alteraciones climáticas; al aumento del consumo de cereales en la India y en China; al incremento de los costos de los transportes debido a la suba del petróleo; a la creciente reserva de tierras agrícolas para producir agrocombustibles. Todas estas causas han contribuido al problema, pero no son suficientes para explicar que el precio de la tonelada de arroz se haya triplicado desde el inicio de 2007.
Estos aumentos especulativos, como los del precio del petróleo, son el resultado de que el capital financiero (bancos, fondos de pensiones, fondos hedge de alto riesgo y rendimiento) ha comenzado a invertir fuertemente en los mercados internacionales de productos agrícolas, tras la crisis de la inversión en el sector inmobiliario. En articulación con las grandes empresas que controlan el mercado de semillas y la distribución mundial de cereales, el capital financiero invierte en el mercado de futuros con la expectativa de que los precios continuarán subiendo y, al hacerlo, se refuerza esa expectativa. Cuanto más altos sean los precios, más hambre habrá en el mundo, mayores serán las ganancias de las empresas y los retornos de las inversiones financieras. En los últimos meses, los meses en que aumentó el hambre, las ganancias de la mayor empresa de semillas y cereales aumentaron un 83 por ciento. O sea, el hambre de lucro de Cargill se alimenta del hambre de millones de seres humanos.
El escándalo del enriquecimiento de algunos a costa del hambre y la subnutrición de millones ya no puede ser disfrazado con "generosas" ayudas alimentarias. Tales ayudas son un fraude que encubre otro mayor: las políticas económicas neoliberales que hace treinta años vienen forzando a los países del Tercer Mundo a dejar de elaborar los productos agrícolas necesarios para alimentar a sus propias poblaciones y a concentrarse en productos de exportación, con los cuales ganarán divisas que les permitirán importar productos agrícolas... de los países más desarrollados. Quien tenga dudas sobre este fraude, que compare la reciente "generosidad" de los Estados Unidos en la ayuda alimentaria con su consistente voto en la ONU contra el derecho a la alimentación reconocido por todos los demás países.
El terrorismo fue el primer gran aviso de que no se puede continuar impunemente con la destrucción o el robo de la riqueza de algunos países para beneficio exclusivo de un pequeño grupo de países más poderosos. El hambre y la revuelta que acarrea parecen ser el segundo aviso. Para responder eficazmente será necesario poner fin a la globalización neoliberal tal como la conocemos. El capitalismo global debe volver a sujetarse a reglas que no sean las que él mismo establece para su beneficio. Debe exigirse una moratoria inmediata en las negociaciones sobre productos agrícolas en curso en la Organización Mundial del Comercio. Los ciudadanos tienen que comenzar a privilegiar los mercados locales, a rechazar en los supermercados los productos que vienen de lejos, a exigir del Estado y de los municipios la creación de incentivos a la producción agrícola local, a exigir que las agencias nacionales de seguridad alimentaria, donde las haya, entiendan que la agricultura y la alimentación industriales no son el remedio contra la inseguridad alimentaria. Bien por el contrario, son su causa.
Qué duro es ver que el gobierno nacional y los ruralistas luchan entre sí cuando son cómplices necesarios del país sojero.
Qué duro es ver cacerolas relucientes y llenas de soja RR en el asfalto civilizado de Buenos Aires.
Qué duro es ver las cacerolas renegridas y sin tierra de los campesinos de Santiago del Estero.
Qué duro es ver a los estudiantes de universidades argentinas con sus carteles de apoyo a los ruralistas en huelga, como si Monsanto y el Che Guevara pudieran darse la mano.
Qué duro es recordar que esas cacerolas relucientes, esos estudiantes movilizados y esas familias temerosas del desabastecimiento no salieron a la calle cuando los terratenientes de este siglo XXI expulsaron a familias y pueblos enteros para plantar su soja maldita. Qué duro es ver la furia ruralista al amparo de reyes sojeros como el Grupo Grobocopatel.
Qué duro es ver el rostro reseco de doña Juana expulsada, de doña Juana sin tierra, de doña Juana con sus muertos bajo la soja.
Qué duro es ver que se cortan las rutas para que China y Europa no dejen de tener soja fresca, y para que Monsanto no deje de vender sus semillas y sus agroquímicos.
Qué duro es comprobar, con los dientes apretados, y con el corazón desierto y sin bosques, que nadie habló en nombre de los indígenas expulsados de sus territorios, de sus plantas medicinales, de su cultura y de su tiempo para que la soja y el glifosato sean los nuevos algarrobos y los nuevos duendes del monte.
Qué duro es ver con las manos y tocar con los ojos que nadie habló en nombre de los campesinos echados a topadora limpia, a bastonazos y a decisiones judiciales sin justicia para que ingresen el endosulfán, las promotoras de Basf y las palas mecánicas con aire acondicionado.
Qué duro es saber que nadie habló en nombre del suelo destruido por la soja y por el cóctel de plaguicidas.
Qué duro es comprobar que muchos productores, gobiernos y ciudadanos no saben que los suelos sólo son fabricados por los bosques y ambientes nativos, y nunca por los cultivos industriales.
Qué duro es saber que para fabricar 2,5 centímetros de suelo en ambientes templados hacen falta de 700 a 1200 años, y que la soja los romperá en mucho menos tiempo.
Qué duro es recordar que el 80 por ciento de los bosques nativos ya fue destrozado y que funcionarios y productores no ven o no quieren ver que la única forma de tener un país más sustentable es conservar al mismo tiempo superficies equivalentes de ambientes naturales y de cultivos diversificados.
Qué duro es observar cómo se extingue el campesino que convivía con el monte y cómo lo reemplaza una gran empresa agrícola que empieza irónicamente sus actividades destruyendo ese monte.
Qué duro es ver que el monocultivo de la soja refleja el monocultivo de cerebros, la ineptitud de los funcionarios públicos y el silencio de la gente buena.
Qué duro es saber que miles de argentinos están expuestos a las bajas dosis de plaguicidas, y que miles de personas enferman y mueren para que China y Europa puedan alimentar su ganado con soja.
Qué duro es saber que las bajas dosis de glifosato, endosulfán, 2,4 D y otros plaguicidas pueden alterar el sistema hormonal de bebés, niños, adolescentes y adultos, y que no sabemos cuántos de ellos enfermaron y murieron por culpa de las bajas dosis porque el Estado no hace estudios epidemiológicos.
Qué duro es saber que los bosques y ambientes nativos se desmoronan, que las cuencas hídricas donde se fabrica el agua son invadidas por cultivos y que la Argentina está exportando su genocidio sojero a la Amazonia boliviana.
Qué duro es comprobar que las cacerolas relucientes son más fáciles de sacar que las topadoras y el monocultivo.
Qué duro es comprobar que en nombre de las exportaciones se violan todos los días, impunemente, los derechos de generaciones de argentinos que todavía no nacieron.
Qué duro es ver las imágenes por televisión, los piquetes y las cacerolas mientras las almas sin tierra de los campesinos y los indígenas no tienen imágenes, ni piquetes, ni cacerolas que los defiendan.
Qué duro es comprobar que estas reflexiones escritas a medianoche sólo circularán en la casi clandestinidad mientras Monsanto gira sus divisas a Estados Unidos, mientras las topadoras desmontan miles de hectáreas en nuestro Chaco semiárido para que rápidamente tengamos 19 millones de hectáreas plantadas con soja, y mientras miles de niños argentinos duermen sin saber que su sangre tiene plaguicidas, y que su país alguna vez tuvo bosques que fabricaban suelo y conservaban agua. Muy cerca de ellos, las cacerolas abolladas vuelven a la cocina.
Raúl Montenegro. Biólogo. Premio Nobel Alternativo (Estocolmo, Suecia). Profesor titular de Biología Evolutiva en la Universidad Nacional de Córdoba
Cosas que pasan mientras...
Amnistía Internacional (AI), sin lugar a dudas, es la organización de defensa de los derechos humanos más famosa del mundo. Creada en 1961 por el abogado británico Peter Benenson, esta organización no gubernamental dispone de secciones en más de cincuenta países y de más de dos millones de miembros por todo el planeta. Su destacada labor a favor de la abolición de la pena de muerte y la tortura, contra los crímenes políticos y por la liberación de los presos de opinión le ha permitido gozar del estatuto de organismo de carácter consultivo ante el Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas, la UNESCO, el Consejo de Europa y la Organización de Estados Americanos, entre otros (1).
Los «presos de opinión»
AI publica todos los años un informe sobre la situación de los derechos humanos en el mundo. Casi ningún país escapa a su mirada vigilante. En cuanto a Cuba, la organización internacional levanta acta de «69 presos de conciencia» en su informe de 2007 y explica que éstos están encarcelados por «sus posiciones o actividades políticas no violentas». El gobierno cubano rechaza este cargo y acusa a AI de parcialidad. Las autoridades del país rompieron las relaciones con la organización en 1988, fecha de la última visita de AI a Cuba (2).
En una declaración del 18 de marzo de 2008, AI se refirió a «58 disidentes que permanecen encarcelados en distintas prisiones del país». La organización subraya que «el único delito cometido por esas 58 personas es haber ejercido pacíficamente sus libertades fundamentales». Kerry Howard, directora adjunta del Programa Regional para América de Amnistía Internacional, señala que «los presos de conciencia deben ser puestos en libertad de manera inmediata e incondicional» (3).
En su comunicado, la organización internacional reconoce que «la mayoría fueron acusados de delitos como ‘actos contra la independencia del Estado’». Amnistía Internacional también reconoce que esas personas fueron condenadas «por haber recibido fondos o materiales del gobierno estadounidense para realizar actividades que las autoridades consideran subversivas y perjudiciales para Cuba» (4).
Para convencerse de tal realidad, vigente desde 1959, basta con consultar, además de los archivos estadounidenses parcialmente desclasificados, la sección 1705 de la ley Torricelli de 1992, la sección 109 de la ley Helms-Burton de 1996 y los dos informes de la Comisión de Asistencia a una Cuba Libre de mayo de 2004 y julio de 2006. Todos estos documentos revelan que el presidente de Estados Unidos financia la oposición interna en Cuba con el objetivo de derrocar al gobierno de La Habana. Se trata aquí del principal pilar de la política exterior de Washington con respecto a Cuba (5).
Así, la sección 1705 de la ley Torricelli estipula que «Estados Unidos proporcionará asistencia a las organizaciones no gubernamentales adecuadas para apoyar a individuos y organizaciones que promueven un cambio democrático no violento en Cuba» (6).
La sección 109 de la ley Helms-Burton también es muy clara: «El presidente [de Estados Unidos] está autorizado para proporcionar asistencia y ofrecer todo tipo de apoyo a individuos y organizaciones no gubernamentales independientes para unir los esfuerzos con vistas a construir una democracia en Cuba» (7).
El primer informe de la Comisión de Asistencia a una Cuba libre prevé la elaboración de un «sólido programa de apoyo que favorezca la sociedad civil cubana». Entre las medidas preconizadas, se destina una financiación, por importe de 36 millones de dólares, al «apoyo de la oposición democrática y al fortalecimiento de la sociedad civil emergente» (8).
El 3 de marzo de 2005 Roger Noriega, secretario adjunto para los Asuntos del Hemisferio Occidental de la administración Bush, señaló que se habían añadido 14,4 millones de dólares al presupuesto de 36 millones de dólares previsto en el informe de 2004. Noriega, incluso, fue tan sincero que llegó revelar la identidad de algunas de las personas que se encargan de la elaboración de la política exterior estadounidense contra Cuba (9).
Por fin, el segundo informe de la Comisión de Asistencia a una Cuba Libre prevé un presupuesto de 31 millones de dólares para financiar, todavía más, a la oposición interna. Además está prevista una financiación de al menos 20 millones de dólares anuales, con el mismo objetivo, para los años siguientes «hasta que la dictadura deje de existir» (10).
Por lo tanto no hay ninguna duda sobre este asunto.
Contradicciones
AI admite ahora que las personas a las que considera como «presos de conciencia» han «recibido fondos o materiales del gobierno estadounidense para realizar actividades que las autoridades consideran subversivas y perjudiciales para Cuba». Aquí, la organización se halla en plena contradicción.
En efecto, el derecho internacional considera ilegal la financiación de una oposición interna en otra nación soberana. Dicha política viola de manera flagrante los principios y normas que rigen las relaciones entre los Estados. Todos los países del mundo disponen de un arsenal jurídico que les permite defender la independencia nacional contra este tipo de agresión extranjera, codificando como delitos las conductas que favorecen la aplicación de disposiciones que llevan a la subversión. Se trata de un deber primordial del cualquier Estado.
La legislación cubana
La legislación cubana castiga con sanciones muy severas cualquier asociación con una potencia extranjera con el objetivo de subvertir el orden establecido y destruir su sistema político, económico y social. La Ley n°. 88 de Protección de la Independencia Nacional y de la Economía de Cuba se adoptó el 15 de marzo de 1999, después de la decisión que tomó Estados Unidos de aumentar las sanciones económicas y la financiación de la oposición interna en Cuba.
Dicha legislación tiene como objetivo, como estipula el Artículo 1 «tipificar y sancionar aquellos hechos dirigidos a apoyar, facilitar o colaborar con los objetivos de la Ley ‘Helms-Burton’, el bloqueo y la guerra económica contra [el] pueblo [cubano], encaminados a quebrantar el orden interno, desestabilizar el país y liquidar el Estado socialista y la independencia de Cuba» (11)
La ley prevé sanciones de siete a quince años de privación de libertad para toda persona que «suministre, directamente o mediante tercero, al Gobierno de los Estados Unidos de América, sus agencias, dependencias, representantes o funcionarios, información para facilitar los objetivos de la Ley ‘Helms-Burton’». Esta sanción será de ocho a veinte años de prisión si el delito se comete con el concurso de dos o más personas o si es estipendiado de una forma u otra (12).
La legislación n°. 88 sanciona con penas de tres a ocho años de prisión el hecho de reunir, reproducir o difundir material de carácter subversivo del «Gobierno de los Estados Unidos de América, sus agencias, dependencias, representantes, funcionarios o de cualquier entidad extranjera» con el objetivo de apoyar las sanciones económicas y desestabilizar la nación. Las sanciones serán de cuatro a diez años de cárcel si el delito se realiza con el concurso de otras personas o si es financiado (13).
Por fin, el Artículo 11 estipula que «el que, [...] directamente o mediante tercero, reciba, distribuya o participe en la distribución de medios financieros, materiales o de otra índole, procedentes del Gobierno de los Estados Unidos de América, sus agencias, dependencias, representantes, funcionarios o de entidades privadas, incurre en sanción de privación de libertad de tres a ocho años» (14).
Así, como admite explícitamente Amnistía Internacional, las personas a las que considera «presos de conciencia» realmente cometieron un grave delito que la ley cubana sanciona severamente. Por consiguiente, pasan del estatus de opositores al de agentes subvencionados por una potencia extranjera y tienen que rendir cuentas ante la justicia cubana. En realidad, los «presos de conciencia» son mercenarios al servicio de una potencia extranjera hostil y belicista.
¿Especificidad penal cubana?
También conviene recalcar que históricamente Estados Unidos ha sido enemigo acérrimo de la independencia y la soberanía de Cuba. En 1898, Washington intervino en la guerra anticolonial de Cuba para impedir que los cubanos accedieran plenamente a la autodeterminación y ocupó el país hasta 1902. Luego, Cuba se convirtió en una especie de protectorado dominado política y económicamente hasta 1958. A partir de 1959, Estados Unidos ha intentado de todo para destruir la Revolución Cubana: atentados terroristas, invasión armada, amenaza de desintegración nuclear, sanciones económicas, guerra política, mediática y diplomática y subversión interna.
Como cualquier Estado responsable, el gobierno revolucionario adoptó medidas legales para su supervivencia frente a esos actos. No obstante, ¿acaso tiene la legislación penal cubana un carácter particular? ¿Acaso es única? Veamos lo que prevén las legislaciones occidentales –que, sin embargo, no hacen frente a las mismas amenazas que Cuba– para los individuos que se pondrían al servicio de una potencia extranjera.
El Código Penal estadounidense
En Estados Unidos, esos actos se sancionan fuertemente. Según el párrafo 951 del Código Penal, «cualquiera que no sea funcionario diplomático o consular o agregado, que actúe en Estados Unidos como agente de un gobierno extranjero sin notificación previa al ministro de Justicia [...] es susceptible a este título de una sanción que puede llegar a diez años de prisión». El punto e/2/A del párrafo precisa que «toda persona involucrada en una transacción comercial legal debe ser considerada como un agente de un gobierno extranjero [...] si se trata de un agente de Cuba». Así, un cubano que comprase un aparato médico en Estados Unidos para un hospital de La Habana es legalmente susceptible de recibir una sanción que puede llegar a diez años de prisión (15).
El párrafo 953, conocido como la Ley Logan, estipula que «todo ciudadano de Estados Unidos, sea quien sea, que, sin autorización de Estados Unidos, emprenda o mantenga, directa o indirectamente, una correspondencia o una relación con un gobierno extranjero o cualquier funcionario o agente de éste, con la intención de influir en las medidas o la conducta de un gobierno extranjero o de cualquier funcionario o agente de éste, respecto a un conflicto o una controversia con Estados Unidos» es susceptible de una sanción que puede llegar a tres años de cárcel (16).
Si se aplicara dicha ley en Cuba, la inmensa mayoría de lo que la prensa occidental considera como «disidencia cubana» se encontraría tras las rejas. En efecto, los opositores cubanos se reúnen regularmente con el representante de Estados Unidos en La Habana, Michael Parmly, en las oficinas de la Sección de Intereses Norteamericanos (SINA) o incluso en la residencia personal de éste.
El párrafo 954 prevé una sanción de diez años de prisión para cualquier persona que emitiera «falsas declaraciones» con el objetivo de atentar contra los intereses de Estados Unidos en sus relaciones con otra nación (17). Aquí también, si el opositor Oswaldo Payá –quien acusa al gobierno cubano de ser responsable de desapariciones y de haber asesinado a más de «veinte niños»– fuera sometido a una legislación tan severa como la de Estados Unidos, estaría actualmente en la cárcel, sin suscitar ninguna conmoción entre las almas conservadoras occidentales. No obstante, el más famoso de los disidentes cubanos jamás ha sido molestado por la justicia cubana, pues ésta no tiene pruebas de que recibe dinero de una potencia extranjera. En comparación Raúl Rivero, que era un opositor relativamente moderado y tibio con respecto a Payá, fue condenado a veinte años de prisión (y liberado un año después) porque había aceptado los generosos emolumentos que ofrecía Washington (18).
El párrafo 2381 estipula que «cualquier persona que debiendo fidelidad a Estados Unidos, lleve una guerra contra el país o se asocie con sus enemigos, proporcionándoles una ayuda o apoyo en Estados Unidos o en otra parte, es culpable de traición y es susceptible de recibir la pena de muerte, o una sanción de cárcel superior a cinco años» (19).
Así, si los ciudadanos estadounidenses tuvieran los mismos comportamientos que los individuos reconocidos culpables de asociación con una potencia extranjera por la justicia cubana, arriesgarían la pena capital. El párrafo 2385 prevé una pena de veinte años para cualquier persona que preconice el derrocamiento del gobierno o del orden establecido (20).
Como es fácilmente comprobable el código penal estadounidense es, en muchos aspectos, mucho más severo que la legislación cubana.
La legislación penal francesa
El Código penal francés también prevé sanciones sumamente severas en caso de asociación probada con una potencia extranjera. Según el artículo 411-4,
«El hecho de mantener relaciones de inteligencia con una potencia extranjera, una empresa, una organización extranjera o bajo control extranjero, o con sus agentes, con vistas a suscitar hostilidades o actos de agresión contra Francia, se castiga con treinta años de detención criminal y 450.000 euros de multa.
Se castiga con las mismas penas el hecho de proporcionar a una potencia extranjera, a una empresa o una organización extranjera o bajo control extranjero o a sus agentes los medios para emprender hostilidades o ejecutar actos de agresión contra Francia» (21).
La ley francesa es, a este respecto, más severa que la legislación cubana.
La ley española
El Código Penal español de 1995 prevé sanciones severas para esos mismos delitos. Según el Artículo 592,
«serán castigados con la pena de prisión de cuatro a ocho años los que, con el fin de perjudicar la autoridad del Estado o comprometer la dignidad o los intereses vitales de España, mantuvieran relaciones de inteligencia o relación de cualquier género con gobiernos extranjeros, con sus agentes o con grupos, organismos o asociaciones internacionales o extranjeras» (22).
El Artículo 589 prevé una sanción de uno a tres años de prisión para «el que publicare o ejecutare en España cualquier orden, disposición o documento de un gobierno extranjero que atente contra la independencia o seguridad del Estado, se oponga a la observancia de sus Leyes o provoque su incumplimiento» (23). Si las famosas Damas de Blanco cubanas hubieran tenido el mismo comportamiento en España, estarían privadas de libertad.
El Código Penal belga
El Capítulo II de la legislación belga que trata de «los crímenes y los delitos contra la seguridad exterior del Estado» y más precisamente el Artículo 114, estipula que
«el que realice maniobras o mantenga relaciones de inteligencia con una potencia extranjera o con cualquier persona que actúe en el interés de una potencia extranjera, para llevar a dicha potencia a emprender la guerra contra Bélgica, o para procurarle los medios, será castigado con prisión de veinte a treinta años. Si las hostilidades ocurren será castigado a cadena perpetua» (24).
La legislación italiana
Según el Artículo 243 del Código Penal italiano,
«el que mantenga relaciones de inteligencia con el extranjero con el objetivo que un Estado extranjero declare la guerra o realice actos de hostilidad contra el Estado italiano, o cometa otros hechos con el mismo objetivo, será castigado con una reclusión no inferior a diez años. Si la guerra estalla, se aplicará la pena de muerte [1]; si las hostilidades se comprueban, se aplicará la cadena perpetua. [1] La pena de muerte se suprime y se sustituye por la cadena perpetua» (25).
El Artículo 246 trata de la financiación del ciudadano por una potencia extranjera:
«El ciudadano que, incluso indirectamente, reciba o se haga prometer del extranjero, para él o para otro, dinero o cualquier otro artículo, o acepte sólo la promesa de ello, con el fin de cometer actos contrarios a los intereses nacionales, será sancionado, si el hecho no constituye el acto más grave, con la reclusión de tres a diez años». La pena se incrementará si «el dinero o el artículo se entregan o se prometen mediante propaganda por medio de la prensa» (26).
Así, la legislación italiana es mucho más severa que la ley cubana. Si los famosísimos disidentes como Payá, Marta Beatriz Roque o Elizardo Sánchez se encontraran en Italia, estarían encarcelados y no libres.
La ley suiza
Incluso la pacífica Suiza prevé sanciones por el delito de asociación con una potencia extranjera. El Artículo 266 del Código Penal estipula que:
«1. El que cometa un acto que atente contra la independencia de la Confederación o suponga peligro para esta independencia, o provoque por parte de una potencia extranjera una intromisión en los asuntos de la Confederación, que suponga peligro para la independencia de la Confederación, será castigado con una pena de privación de libertad de un año como mínimo.
2. El que mantenga relaciones de inteligencia con el gobierno de un Estado extranjero o con uno de sus agentes con el objetivo de provocar una guerra contra la Confederación será castigado con una pena de privación de libertad de tres años como mínimo.
En los casos graves, el juez podrá pronunciar una pena de cadena perpetua».
El Artículo 266 bis también es muy claro:
«1. El que, con el objetivo de provocar o apoyar empresas o acciones organizadas desde el extranjero contra la seguridad de Suiza, entre en relación con un Estado extranjero, con partidos extranjeros, o con otras organizaciones en el extranjero, o con sus agentes, o lance o propague informaciones inexactas o tendenciosas, será castigado con una pena de privación de libertad de cinco años como máximo o de una pena pecuniaria.
En los casos graves, el juez podrá pronunciar una pena de privación de libertad de un año como mínimo» (27).
La legislación sueca
En Suecia, el Código Penal prevé una pena de dos años de cárcel para
«el que reciba dinero u otras donaciones de una potencia extranjera o de cualquiera que actúe en el interés de ésta, con el fin de publicar o difundir escritos, o influir de cualquier forma en la opinión pública en lo que se refiere a la organización interna del Estado» (28).
Esta democracia escandinava sanciona también a «el que propague o transmita a potencias extranjeras o a sus agentes informaciones inexactas o tendenciosas, con el objetivo de crear amenazas para la seguridad del Estado». Por fin, se aplica una pena de diez años a cadena perpetua al «que constituya una amenaza contra la seguridad del Estado por haber utilizado medios ilegales con el apoyo de una potencia extranjera» (29).
Agentes al servicio de una potencia extranjera y no «presos de conciencia»
Los ejemplos se podrían multiplicar hasta el infinito. En cualquier país del mundo la ley castiga severamente la asociación con una potencia extranjera y no es posible, por consiguiente, otorgar el calificativo de «presos de conciencia» a los individuos financiados por un gobierno extranjero, como es el caso de los detenidos cubanos, lo que, por otra parte, reconoce honradamente Amnistía Internacional.
Amnistía Internacional es una organización reconocida por su seriedad, profesionalidad e imparcialidad. Pero el trato que reserva para Cuba es discutible. Para poder seguir gozando del mismo prestigio y de la misma objetividad, AI haría bien en reconsiderar, sin esperar más, su juicio con respecto a los que considera «presos de conciencia» en Cuba, pues el doble rasero es inaceptable.
Notas:
(1) Amnesty International, «L’histoire d’Amnesty International», sin fecha. http://www.amnesty.org/fr/who-we-are/history (sitio consultado el 23 de abril de 2008).
(2) Amnesty International, «Cuba. Rapport 2007», abril de 2007. http://www.amnesty.org/fr/region/americas/caribbean/cuba#report (sitio consultado el 23 de abril de 2008).
(3) Amnesty International, «Cuba: Cinco años de más; el nuevo gobierno debe liberar a los disidentes encarcelados», 18 de marzo de 2008. http://www.amnesty.org/es/for-media/press-releases/cuba-five-years-too-many-new-government-must-release-jailed-dissidents-2 (sitio consultado el 23 de abril de 2008).
(4) Ibid.
(5) Salim Lamrani, Double Morale. Cuba, l’Union européenne et les droits de l’homme (Paris: Editions Estrella, 2008), pp. 45-55.
(6) Cuban Democracy Act, Titre XVII, Sección 1705, 1992.
(7) Helms-Burton Act, Titre I, Sección 109, 1996.
(8) Colin L. Powell, Commission for Assistance to a Free Cuba, (Washington: United States Department of State, mayo de 2004). www.state.gov/documents/organization/32334.pdf (sitio consultado el 7 de mayo de 2004), pp. 16, 22.
(9) Roger F. Noriega, «Assistant Secretary Noriega’s Statement Before the House of Representatives Committee on International Relations», Department of State, 3 de marzo de 2005. www.state.gov/p/wha/rls/rm/2005/ql/42986.htm (sitio consultado el 9 de abril de 2005).
(10) Condoleezza Rice & Carlos Gutierrez, Commission for Assistance to a Free Cuba, (Washington: United States Department of State, julio de 2006). www.cafc.gov/documents/organization/68166.pdf (sitio consultado el 12 de julio de 2006), p. 20.
(11) Gaceta Oficial de la República de Cuba, Ley de protección de la independencia nacional y la economía de Cuba (LEY NO 88), 15 de marzo de 1999.
(12) Ibid.
(13) Ibid.
(14) Ibid.
(15) U.S. Code, Title 18, Part I, Chapter 45, § 951.
(16) U.S. Code, Title 18, Part I, Chapter 45, § 953.
(17) U.S. Code, Title 18, Part I, Chapter 45, § 954.
(18) El Nuevo Herald, «Mensaje de Payá destaca que en la isla hay desaparecidos», 18 de marzo de 2005, p. 23A.
(19) U.S. Code, Title 18, Part I, Chapter 115, § 2381.
(20) U.S. Code, Title 18, Part I, Chapter 115, § 2385.
(21) Código Penal Francés, Libro IV, Capítulo I, Sección 2, Artículo 411-4.
(22) Código Penal Español de 1995, Capítulo II, Artículo 592.
(23) Código Penal Español de 1995, Capítulo II, Artículo 589.
(24) Código Penal Belga, Capítulo II, Artículo 114.
(25) Código Penal Italiano, Libro II, Título I, Capítulo I, Artículo 243.
(26) Código Penal Italiano, Libro II, Título I, Capítulo I, Artículo 246.
(27) Código Penal Suizo, Artículo 266.
(28) Código Penal Sueco, Capítulo 19, Artículo 13.
(29) Código Penal Sueco, Capítulo 19, Artículo 8.
Salim Lamrani es profesor, escritor y periodista francés especialista de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos.