Crisis.
Buzzi lo hizo
Los dos emergentes mediáticos de las cámaras patronales agropecuarias reaparecieron en el espacio público, cada uno a su manera. Eduardo Buzzi llevó al Congreso un proyecto de ley que propone suprimir las retenciones, salvo para los más grandes. Alfredo De Angeli encabezó una procesión de tractores y cosechadoras que volcaron apreciable cantidad de trigo en la entrada de la casa de gobierno de Entre Ríos. Buzzi había fijado la meta: desgastar al gobierno. La fecha elegida para comenzar una nueva etapa del plan de lucha corrobora esa lógica: el primer aniversario de la presidencia de CFK. Pero la escasa repercusión de la jugada sugiere que los líderes de la Federación Agraria están sufriendo un desgaste mayor que el gobierno. Se comprende: con la baja de los precios internacionales crece el desfasaje entre los ingresos de sus asociados en la situación actual con los que recibirían si no hubieran volteado la resolución 125 y sus modificaciones. Los voceros de las cámaras patronales señalan que la caída de los precios internacionales de cereales y oleaginosas se combina con el incremento de los costos para producir quebrantos en las empresas agrícolas. Lo que omiten es que esas alternativas habían sido previstas por el Poder Ejecutivo al proponer el sistema de retenciones móviles en lugar de fijas y que fue la enconada resistencia de las cámaras patronales la que impidió su adopción. De haberse aprobado la propuesta oficial, con las correcciones de la Cámara de Diputados, los porcentajes de retenciones serían más bajos ahora y los márgenes brutos de las explotaciones más altos. Las estimaciones, sobre datos de la Secretaría de Agricultura y de la revista Márgenes Agropecuarios no incluyen la rebaja del 5 por ciento para trigo y maíz anunciada hace diez días, ya que aún no se publicó en el Boletín Oficial. Incluso con esas reducciones todas las alícuotas, salvo la del trigo, superan a las que se pagarían si Cobos no fuera un papá tan atento a las opiniones de su mujer y sus hijas. En maíz se igualarían, en 20 por ciento.
Los márgenes brutos se calcularon para las regiones del país más aptas para los distintos cultivos, con los precios de insumos y diversos costos de noviembre de este año y el precio FOB del jueves 11 de diciembre de 2008. El cálculo es conservador: considera un productor que no posee maquinaria para labranza y cosecha y paga por su uso hasta un 20 por ciento más que los costos del contratista; supone un rinde efectivo máximo al momento de la cosecha de las zonas más productivas igual al esperado al sembrar; sobreestima los costos de producción a su valor de reposición y subestima los ingresos porque imagina un productor que no combina la soja con otros cultivos. Aun así, los márgenes brutos para los grandes productores de trigo en la zona núcleo mejorarían un 20 por ciento con la resolución 125 y para los pequeños productores un 120 por ciento.
En el caso del maíz la situación es más nítida aún. Tanto los grandes como los pequeños productores tendrían márgenes brutos muy superiores a los actuales (+ 175 por ciento y + 160 por ciento). Pero mientras los grandes siguen obteniendo una rentabilidad de 68 dólares por hectárea en la zona núcleo (norte de Buenos Aires, sur de Santa Fe) los pequeños tienen ahora un quebranto de 56 dólares por hectárea y si se hubiera aprobado la resolución 125 tendrían un margen bruto de 33 dólares por hectárea.