Crisis, consumo y boicot. Por Ricardo Fuentes Ramírez desde Puerto Rico.
La situación económica alrededor del mundo ha provocado una disminución en la demanda agregada a nivel global. Esto a su vez ha provocado una disminución en los precios de los mercados internacionales. Aquí en Puerto Rico donde lo vemos más evidente es en la disminución del precio de la gasolina. En busca de proteger sus ganancias ante estas circunstancias, los capitalistas intentan disminuir la oferta agregada. Ejemplo de esto es la reciente noticia de que la zona euro ya ha disminuido su producción en más de un 5% en lo que va de año. Mientras tanto, los gobiernos del mundo buscan inyectar miles de millones de dólares a sus economías para volver a aumentar la demanda agregada..
En otras palabras, los capitalistas siendo fieles al modelo del neokeynesianismo, buscan perpetuar su situación de poder volviendo a aumentar la demanda y disminuyendo la oferta, de esta manera evitando una caída extrema en los niveles de precios y en sus ganancias.
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Los trabajadores/consumidores, ya adoctrinados eficientemente para servirle al modelo capitalista, ante la disminución de precios, aumentarán su consumo y por ende la demanda agregada. Especialmente ahora en la temporada de navidades. Así ayudarán al modelo capitalista a volver a caer en tiempo. Lamentablemente, esto es lo que va a ocurrir. No lo que debería ocurrir.
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Si hay un boicot que realmente tendría consecuencias revolucionarias para nuestro sistema político-económico es el boicot del consumo. El sistema capitalista esta totalmente basado en el consumo. En el consumo los capitalistas aseguran sus ganancias. Con el consumo se mide gran parte del poder económico de los países, ya que el PIB y PNB de los países no son otra cosa que medidas del gasto en los países. El aumento en el consumo le da vida al capitalismo cuando se empieza a derrumbar.
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Lo mejor que podría hacer la clase trabajadora para derrocar el régimen de los capitalistas es no consumir. No gastar. Ahorrar y buscar alternativas para solo gastar en caso de urgencia y solo en pequeños negocios o cooperativas. En esta etapa de debilidad del sistema a nivel mundial, un boicot de consumo lo terminaría de desestabilizar. Sería un golpe crucial en la lucha por un nuevo modelo socio-económico.
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La estructura del capitalismo lo conlleva a pasar por ciclos económicos. En el punto más bajo del descenso de la producción es cuando el boicot del consumo golpearía más fuerte. Las condiciones actuales nos dan a entender que estamos cerca de este punto tan vulnerable para el sistema. Lamentablemente, dudo que tengamos el tiempo suficiente para concientizar y lograr desarrollar este boicot de consumo eficazmente. Propongo que lo intentemos para el próximo descenso cíclico del sistema. Probablemente tenemos de 30 a 50 años para desarrollar las condiciones para llevarlo a cabo. No podemos volver a dejar la oportunidad pasar.