¿Quién es normal y quién no? ¿Quién tira la piedra? Lo cierto es que el que lleva la marca de anormal se convierte en blanco móvil de la burla, la discriminación, el aislamiento, la injusticia. Todos tenemos algo raro, algo que se desvía de la norma, seguramente en algún momento haremos o desearemos algo fuera de lo aceptado; todos tenemos atributos que nos "desacreditan" ante los demás. La gran diferencia es que algunas personas llevan esa marca en la frente (o en algún lado menos visible), lo que permite a los "normales" sentirse diferenciados y alertas. Estigma es aquello que te señala como anormal, insano, impuro. La pluma es un estigma, el corte de pelo poco femenino también, el cuerpo trans es un estigma. Cada sociedad fabrica su propio stock: puede ser el color de la piel, un defecto físico, puede ser la marca de una enfermedad o incluso como en el caso del HIV, las señales físicas de que se está siguiendo el tratamiento. En las sociedades modernas, ser gay, lesbiana, trans, y todo aquello que implique cuestionar el género, es un estigma. Se puede advertir esto en las palabras que se usan para referirse a estas personas, en general "malas palabras", descalificadoras; en las representaciones estereotipadas de los medios, en la falta de héroes, próceres y modelos que sean o se sepa que son personas Glttb; y también en la existencia de leyes discriminatorias que impiden el casamiento, la adopción, etcétera. El estigma de personas Glttb no se limita a quienes son visibles sino que alcanza a los que lo parecen o podrían ser, a sus familiares, a los que tratan por todos los medios de ocultarse. Pero también alcanza a las personas heterosexuales, que por evitar "el contagio" deben sobreactuar ciertas reglas de normalidad (los hombres no lloran, las mujeres no son buenas para tareas mecánicas o ciertos deportes) que muchas veces los alejan de sus deseos.