Todo bien muchachos, a laburar entonces.
Allí, en el hangar de la Universidad de Belém, bajo un calor denso y pastoso, Lula reivindicó el rol del Estado en el contexto de la crisis global, para garantizar el empleo y la continuidad de los procesos productivos regionales. Como político en funciones hizo también anuncios que para muchos sonaron a electorales y fuera del contexto del debate del Foro, como la suba del salario mínimo y la creación de un millón de viviendas.
Con su estilo didáctico a veces, y agitativo en otros momentos, Lula dijo que aún no se sabe cuál es el piso de la actual crisis. El debate del que participó junto a sus colegas presidentes, a última hora del jueves, se llamó "América latina y los desafíos de la crisis internacional". "La crisis está llegando a América latina. Hay recesión en Estados Unidos y Europa. En esta crisis el Estado tiene que asumir las inversiones. Vamos a anunciar la construcción de 500.000 casas en 2009 y otras 500.000 en 2010. Petrobras va a invertir 174.000 millones de dólares hasta 2012 para mantener puestos de trabajo", dijo Lula, que alguna vez fue abucheado en el FSM. En esta oportunidad, sin embargo, el público le fue favorable y hasta entusiasta, fue recibido con respeto y vivado varias veces durante su intervención.
El auditorio estaba desbordado por unos 10.000 participantes, entre dirigentes sociales, indígenas, estudiantes y activistas ambientales, que lo aplaudieron cuando indicó que hasta hace poco los países centrales dictaban todas las recetas, "y ahora la crisis es de ellos".
"Esta crisis no nació por causa del socialismo bolivariano de Chávez, o por Evo, sino porque en los años '80 y '90 el Consenso de Wa-shington estableció que nuestros Estados no debían intervenir para nada", dijo, en la misma línea que los otros cuatro presidentes presentes. "Me cansé de ir a Londres o a Nueva York a debates con yuppies de 30 años que decían lo que tenía que hacer Brasil y ni siquiera sabían dónde quedaba." Con ironía invitó a "esos yuppies" a que vayan a decirle "a nuestro querido Obama" lo que tiene que hacer ahora. Con relación a medidas proteccionistas que comienzan a anunciar las economías centrales para protegerse de la crisis, Lula señaló que "en este momento, el proteccionismo va a agrandar la crisis, no a resolverla. Es importante que los países ricos no olviden nunca que han sido ellos los que inventaron esta historia de que el comercio podría fluir libremente. Tenemos muchas esperanzas de que el nuevo presidente estadounidense, Barack Obama, tome decisiones para resolver esta crisis y no deje que los pobres paguen los platos rotos".
Lula habló del "dios mercado" que "quebró" por falta de controles estatales y arremetió contra los protagonistas de ese proceso: "Esos banqueros que miden el riesgo de nuestro país cerraron la boca". Y agregó: "La crisis es una oportunidad para devolver a aquellos que decían saber más que nosotros cómo tratar el problema del desempleo. Hasta ahora sólo cuidaron el problema de los banqueros. Yo les puedo asegurar que aquí el pueblo pobre no es el que va a pagar el precio de esta crisis". Mencionó que también habían sido invitados pero no habían podido asistir "la compañera presidenta Cristina, de Argentina, la compañera Michelle Bachelet, de Chile, y el compañero Tabaré Vázquez".
Lugo, Chávez y Correa retomaron la línea de los discursos que habían pronunciado un rato antes ante los movimientos sociales. Evo Morales, en cambio, fue más allá. Propuso concretamente emprender cuatro campañas mundiales. Una, por la paz y la justicia, para llevar a los responsables de las guerras genocidas a los tribunales y acabar con el derecho de veto del Consejo de Seguridad de la ONU. "Tenemos que acabar con la monarquía de Naciones Unidas; no es posible que un país tenga más poder que 190, que el derecho internacional se aplique por igual para todos", dijo, a lo que siguió una estruendosa ovación. La segunda propuesta, fue a favor de un "nuevo orden económico internacional basado en la solidaridad, justicia y complementariedad entre las naciones", que reforme instituciones financieras y comerciales internacionales. "El Banco Mundial –reclamó– el FMI y la Organización Mundial del Comercio (OMC) tienen que ser profundamente transformados si quieren ser instituciones financieras al servicio del pueblo. No podemos permitir que se maquillen para seguir como están."
La tercera campaña que propuso el presidente boliviano consiste en movilizarse para salvar el planeta. Ello implica "cambiar los patrones de consumo. La madre tierra es nuestro hogar, la fuente de nuestra vida. Si los pueblos del mundo no somos capaces de sepultar al capitalismo, el capitalismo sepultará al planeta Tierra", dijo Evo, en la línea que será uno de los balances más importantes de este foro: la elevación de la agenda del medio ambiente como una bandera política y común a los países de la región.